Esencia, Moncayo y Azure: Asentamientos coloniales en Puerto Rico para la clase millo-billonaria global.
En la falda de las tierras más antiguas del Mar Caribe hay dos refugios de vida silvestre, y entre esos dos refugios, sobre terrenos clasificados como ‘Suelos Rústicos Especialmente Protegidos’, hábitat de especies en peligro de extinción como el guabairo y el manatí; con humedales, salitrales, manglares y colonias de ostiones (uno de los pilares de la economía pesquera caborrojeña) ha comenzado una batalla entre la comunidad que busca proteger su patrimonio nacional, ecológico y cultural versus corporaciones extranjeras financieras y de desarrollo de bienes raíces de ultra lujo de dudosas reputaciones y las instituciones gubernamentales que están supuestas a defender los recursos naturales de Boriké, pero por sus conductas podríamos pensar que se dedican a hacer lo contrario. El proyecto, desde el día en que fue anunciado públicamente, adquirió notoriedad y levantó suspicacias, oposición y fuertes críticas entre comunidades del área, grupos ambientalistas, científicos expertos y puertorriqueños en general. Se solicitaron, desde múltiples frentes, consultas y vistas públicas ante la solicitud del deslinde de bienes de dominio público en la zona marítimo terrestre para el desarrollo de proyecto. El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales certificó el deslinde a favor de la construcción del proyecto para ultra ricos, “Esencia”, sin participación ciudadana, haciendo caso omiso a los reclamos de sectores representativos de las comunidades que serán impactadas directamente por el desarrollo de lo que podría ser descrito como una mini ciudad de ultra lujo para la clase millo-billonaria global y de los Estados Unidos de Norteamérica.
Diferentes medios han alertado sobre posibles conflictos de intereses entre la candidata a gobernación, Jennifer González y la firma de arquitectos “Álvarez-Díaz & Villalón”, corporación que diseñará el asentamiento de sobre más de 2,200 acres de tierras esenciales para Cabo Rojo, Puerto Rico y su patrimonio. Ricardo Álvarez Díaz, cofundador de la firma de arquitectos antes mencionada tiene 3 corporaciones que prestan servicios al Gobierno de Puerto Rico. En los últimos dos cuatrienios (Roselló/Pierluisi) una de las corporaciones (Advision PSC) ha tenido contratos con el gobierno por sobre $81,000,000 (ochentaiún millones de dólares). El 11 de septiembre de 2024, Ricardo Álvarez Días y su esposa, cofundadores de la firma arquitectónica que se encarga del diseño de “Esencia”, sirvieron de anfitriones en un evento elite de recaudación de fondos para la campaña de Jennifer González en Washington DC. El 30 de septiembre la Junta de Planificación del Gobierno de Puerto Rico certificó el proyecto como “estratégico”, así poniéndolo en el “fast track” para las solicitudes de permisos que serán expeditos para la construcción y el desarrollo del megaproyecto “Esencia”. Todo a pesar de las graves advertencias apoyadas por análisis científicos y económicos por parte de organizaciones comunitarias, organizaciones ambientalistas, integrantes comunitarios, ecólogos, geólogos, biólogos, planificadores, antropólogos y demás a lo largo y ancho del archipiélago borinqueño.
El amapuchamiento de procesos garantizados por ley para tener vistas públicas; los vínculos nebulosos de una clase política con una clase propietaria, contratista y de desarrollo inmueble especulativo; el inversionismo político de corporaciones de capital financiero extranjero y extractivista son factores demasiado comunes en el panorama económico de Puerto Rico. “Esencia” es un proyecto en una lista de proyectos que operan de manera similar y se venden como paraísos tropicales para el consumo de una clase de millo-billonarios que no tienen vínculo alguno con nuestra tierra y que poco les puede importar el destino de los puertorriqueños en su propia tierra. Adicional a “Esencia” también se están materializando los desarrollos de “Moncayo” y “Azure”. Ambos con vista al mar y residencias de precios impensables para el 99.9% de lxs boricuas.
El proyecto de Azure LLC es un desarrollo hotelero propuesto a construirse encima de un pulmón de humedales y el hogar del manglar de “mangle negro” más grande de Puerto Rico, en Punta Bandera, Luquillo. Azure LLC ya ha hecho rondas por los noticieros locales y las publicaciones de periodistas investigativos e independientes en Puerto Rico. En esta ocasión el primo hermano de la candidata a gobernación Jennifer González, Luis González Ortiz fue contratado por el DRNA (Dpto. Recursos Naturales y Ambientales) para intervenir en casos de deslindes que afecten a terceros. El primo de Jennifer comienza a prestar sus servicios al DRNA dos días antes de que se certificara el deslinde del proyecto en Punta Bandera. Tres días después de la certificación el hijo (Alfonso Valdés Acevedo) del desarrollador del proyecto (Azure LLC) donó $2,000 dólares a la campaña de la candidata a gobernación, Jennifer González Colón. Dos escándalos para la Comisionada Residente en menos de un mes. En el 2022 la organización comunitaria y ambientalista Protege Punta Bandera publicó la maqueta digital del antecesor (MareMio) al proyecto de Azure LLC. Alegan que los planos actuales son bien similares. La propuesta de MareMio aparentaba ser un despilfarro de condominios de 8-9 pisos en zona marítimo terrestre. Los desarrolladores pintaban el futuro tronchado de “MareMio: “estará localizado en Punta La Bandera en la playa Luquillo. El Proyecto de residencias de lujo consiste de 208 apartamentos dividos entre 13 edificios, todos alfrente de la playa con vistas directas al océano, ofreciendo entre 1,400 a 2,100 pies cuadrados de vivienda interior.” Las páginas que contenían la información y las imágenes ya no existen.
El “desarrollo” de hoteles y residencias “de marca” y alto lujo en las zonas marítimo terrestres, boscosas, y/o de alto valor ecológico de Puerto Rico son la orden del día.
“Moncayo” en Fajardo, Puerto Rico, es otro plan que se vende como “un desarrollo de 1,027 acres de uso mixto para un “resort” de lujo en Puero Rico… La propiedad está situada en una zona de oportunidad y cuando sea desarrollada incluirá un hotel de lujo de 5 estrellas, un “championship golf course” de 18 hoyos y aproximadamente 300 residencias “de marca” (branded residencies).” a través del portal de la corporación financiera de inversión especulativa en bienes raíces Juniper Capital, propietaria de los 1,027 acres. Según un artículo de Bloomberg el proyecto incluirá 400 residencias “de marca” cuyo precio mínimo rondará en los tres millones de dólares. El proyecto cercaría al Bosque Estatal de Ceiba, ubicando un campo de golf justo a la orilla de la quebrada Mata Redonda, cuerpo de agua que nutre el bosque. Las característcas geomorfológicas del área, la belleza natural que llama a todo Boricua a quedarse en su tierra o a volver a ella será transformada en fantasías algorítmicas con golf y piñas coladas clarificadas, para el uso y disfrute privado de los millo-billonarios que visiten el asentamiento neocolonial.
Por años Puerto Rico ha visto a sus habitantes moverse, luchar y proteger sus recursos naturales y sus comunidades. Los proyectos antes mencionados además del impacto ambiental, tienen un impacto humano, social y cultural desastroso. La gentrificación que viene acompañada de este tipo de desarrollos con el aumento en la desigualdad entre ricos y los que no somos ricos acelerará. La calidad de vida de quienes llevan poblando las áreas se verá afectada adversamente y el desplazamiento que resultará de la combinación de estos factores contribuirá aún más al éxodo masivo de puertorriqueños, aún en proceso.
En el municipio de Aguadilla el costo de vida ha subido muchísimo en los últimos 7 años. El desarrollo desmedido de bienes raíces para turismo y la proliferación del mercado de alquileres a corto plazo ha ocasionado un alza del costo de viviendas (venta y renta) estratoeférica. En el 2022 más del “50% de sus propiedades están destinadas al negocio de STR (Alquileres a Corto Plazo)”. Es uno de los municipios fuera del área metro más afectados por la crisis de vivienda asequible. En el “jardín del Atlántico” se lucha a diario en contra del desplazamiento; por proteger el ambiente y sus ecosistemas; y por proteger el karso puertorriqueño, recurso natural por el cuál se creó el “Plan y Reglamento del Área de Planificación Especial del Carso”. El Plan expone como argumento principal que hay que “proteger, conservar y manejar (la zona cársica) para beneficio de esta y futuras generaciones la fisiografía cársica de Puerto Rico… la fisiografía cársica cumple funciones vitales para la supervivencia natural y social de la Isla, tales como albergar una alta cantidad de especies de flora y fauna; almacenar enormes abastos de aguas subterráneas; poseer terrenos de excelente aptitud agrícola y guardar un enorme potencial recreativo y turístico atribuibles a sus cualidades naturales.” Vale la pena observar que nos encontramos en medio de un evento de extinción masiva global, en dónde las poblaciones de vida silvestre han reducido en un 73% a nivel global.
En Playuela, Aguadilla, se lucha por mantener el ecosistema del Valle de Playuela sano y salvo, pero un megaproyecto hotelero de 300 cuartos llamado Colombus Landing lleva amenazando por décadas con destruir lo que para muchxs es uno de los rincones más hermosos de Puerto Rico a pasos del mar sobre una gran zona cársica. La organización de base comunitaria Salvemos a Playuela es “un grupo comunitario comprometido con la conservación y protección de Playuela” que se dedica a promover la importancia de conservar el valor ecológico, arqueológico y su libre acceso al mar mediante actividades educativas, iniciativas de conservación y la reforestación en el valle y la comunidad.
A un par de millas de Playuela el Campamento Pelícano (Organización de Base Comunitaria), fiscaliza y protesta en contra del desarrollo del condo-hotel “The Cliff” que todos los días aparenta violar una ley ambiental, incluyendo la destrucción de mogotes del karso del noroeste. Cuando llueve, que es amenudo, el agua se acumula y corre por superficies contaminadas de materiales para la construcción, químicos, distintos tipos de tierra y va directo a la bahía de Aguadilla, justo sobre la Cueva de las Golondrinas, afectando y poniendo en peligro el frágil balance del ecosistema que aún vive en el mar azul turquesa de la Bahía de Aguadilla.
Además en Playuela también vive Doña Ramona Cruz Sanabria, matriarca de playa India, abuela de 77 años que además de luchar con sus condiciones de salud y cuidar de su familia, incluyendo dos hermanos con diversidad funcional, tiene que batallar por permanecer en su hogar y lidiar con el peso de la amenaza de un desahucio forzoso. “Playa India S.E.”, una corporación de los hermanos Añeses, se sienta sobre una orden de desahucio que puede mandar a ejecutar cuando quieran. Llegarían entonces alguaciles a sacarla de su casa a la fuerza. Hogar y tierra que habita desde que nació, hogar y tierra que han ido pasando de mano en mano desde los tiempos de sus abuelos a finales de los 1800s.
El desplazamiento indirecto y directo en Puerto Rico es un hecho que cada día le toca a más y más puertorriqueñxs. Es el precio que pagamos por la sed insaciable de la acumulación de capital en manos privadas. Es la consecuencia que viene siempre haciendo estragos, hace siglos, con el imparable expansionismo de la propiedad privada, la lógica carcirógena que sirve de motor principal al capitalismo. Que quede claro: la propiedad privada es un medio de producción. La propiedad privada, contrario a la concepción normalizada por nuestras instutuciones educativas (ideológicas), no es tu casa, tu cepillo de dientes, tu pedacito de tierra, tu sartén; esas son propiedades personales. La propiedad privada existe con una función exclusiva: la acumulación de capital. “Esencia” en Cabo Rojo, “Moncayo” en Fajardo, Azure LLC en Luquillo, “Colombus Landing” en Playuela, Aguadilla, “The Cliff” en Aguadilla, “Playa India SE” en Playuela y su plan de sacar a Ramona de su casa y otros ejemplos que no dan el tiempo para mencionar, lo único que buscan, en esencia es la acumulación de capital: es hacer los más chavos que puedan invirtiendo lo menos posible. No hay ningún incentivo de beneficio a la sociedad puertorriqueña en las intenciones de los buitres que traen estos proyectos a Boriké, no les importan las consecuencias que puedan tener sus homenajes a la explotación y el robo de tierras sobre las comunidades boricuas que permanecen y mantienen la cultura y el nombre de Boriké vivo en contra ráfagas, olas ciclónicas y terremotos.
Todos estos desarrollos operan de la misma manera. Impunes y propulsados por el clientelismo y el amiguismo con las altas esferas del poder en nuestra Tierra, como es el caso de Jennifer González y Álvarez Díaz en “Esencia” y el primo hermano Luis González Ortiz y Jennifer González en el desarrollo hotelero en Punta Bandera en Luquillo. Estos “desarrollos” son mitificados como necesarios para la economía puertorriqueña por personas tan influyentes en la opinión pública como el secretario de Desarrollo Económico y Comercio de Puerto Rico, Manuel Cidre. Celebrados, maquillados y embellecidos por la prensa corporativa y neoliberal puertorriqueña e intrernacional. Habilitados por los legisladores que gozan del carrusel de la puerta giratoria entre gobierno y empresa privada y reciben los favores de cabilderos y donaciones a campañas políticas cuando escriben leyes y saturan la economía local con beneficios contributivos diseñados a la talla de las corporaciones extranjeras que buscan hacer negocios en Puerto Rico. Y en la más reciente aventura siniestra de los “pensadores” neoliberales que regurjitan discursos escritos para la protección de la oligarquía billonaria global (los reyes del siglo XXI) son justificados ideológicamente por los soldados mediáticos de la libertad económica, ahora partícipes del debate público gracias a los intereses en común que tienen con la clase gerencial de la prensa corporativa a nivel local y mundial.
En medio de una catástrofe climática mundial, en la cuál Puerto Rico se sitúa como uno de los lugares más afectados del mundo, hablar y reconsiderar nuestra concepción sobre la propiedad privada y nuestra relación con nuestra tierra es más que urgente. Es una conversación que podría definir si seremos capaces de permanecer, en Boriké o no. Nuestrxs niñxs, nuestrxs nietxs, sobrinxs, hermanitxs, dependen de que rescatemos a Boriké de las garras de los buitres financieros y los dientes de vampiros que consumen la sangre de nuestra tierra. En el mundo los recursos se acaban poco a poco, el planeta se acerca a las millas al desbalance ecológico irreversible, las guerras y los genocidios, el genocidio en Gaza, aceleran más aún nuestro rumbo hacia el desastre generalizado. El colonialismo sigue aferrándose a la muerte y el desplazamiento. Los modelos de “desarrollo” propuestos para la clase millo-billonaria mundial son propuestas para asentamientos neocoloniales que denotan una profundísima desconexión con el entrorno social y natural que en octubre del 2024 hierve y coge fuego. El capitalismo depende 100% de la explotación de cuerpos humanos y la explotación de recursos naturales. La humanidad, ni en Boriké ni en la Tierra podrá evolucionar si no trancisionamos del modelo económico que nos domina a uno cuya definición de “progreso” sea radicalmente diferente: la creación de una vida de abundancia (en contraste a la vida austera y de escasez artificial que impone el capitalismo.) Abundancia para todxs en balance con el mundo, con la naturaleza y con todos los otros seres vivos que conviven con nosotrxs en la Tierra.
Imaginemos un mundo así, imaginemos la utopía ante la fría realidad que se ha generado en estos 500+ años de imperialismo, en dónde es más fácil imaginarnos el fin del mundo antes que el fin del capitalismo. Imaginemos, y como creadores que somos, usemos nuestras manos y nuestro amor para darle forma al futuro.